¿Qué tienen en común Madonna, Mick Jagger y Anthony Robbins? ¡Una energía inagotable sobre el escenario! Son capaces de mantener en pie a audiencias entusiasmadas de miles de personas durante horas. Desbordan pasión.
En este blog lo he repetido hasta cansarme: comunicas con todo tu ser, no sólo con tus palabras. Sin pasión, no puedes destacar como ponente. Párate a pensar un momento. ¿Cuál es la metáfora visual que típicamente se utiliza para representar la pasión? ¡El fuego! ¡Pura energía! ¿Cómo puedes disfrutar de una energía desbordante durante tus presentaciones? La respuesta corta es: ¡Ponte en forma!
Si quieres la respuesta larga, sigue leyendo.
Aunque no lo creas, el ejercicio físico mejora tu cuerpo… ¡y tu mente!
Tu cuerpo está hecho para el movimiento. Durante dos millones y medio de años fuimos cazadores/recolectores. Pasábamos muchas horas al día forrajeando y buscando caza. Además, intercalábamos momentos puntuales de sprints para atrapar una presa o no ser atrapados nosotros por un depredador. También hacíamos esfuerzos puntuales intensos para transportar sobre el hombro la presa abatida, cargar a un compañero herido, levantar o empujar piedras o arrastrar troncos para construir refugios, … Nuestro día a día ha sido puro ejercicio. ¡Nacemos para movernos!
Y por desgracia, ¿dónde pasamos hoy la mayor parte del día? ¡En una silla! Nuestra cultura nos pide que hagamos cosas que chocan contra nuestra biología. ¡Sentarte te mata lentamente! La silla es el nuevo tabaco. Tres horas sentado al día ya son demasiadas horas. Y por desgracia hacer ejercicio una hora al día no contrarresta los efectos nocivos de estar sentado todo el día. ¡Libérate de la tiranía del sillón y comienza a moverte!
Ojo. No te estoy diciendo que te apuntes a un gimnasio o que salgas a correr o en bici media hora a diario. No. Eso estaría bien, no lo niego, pero lo que te propongo es pasar menos tiempo sentado y más tiempo moviéndote a lo largo de TODO el día.
¿Y por qué mi insistencia en que te muevas más? Verás, montañas de estudios científicos evidencian los innumerables beneficios fisiológicos y cognitivos del ejercicio físico. Hoy quiero hablarte de cuatro beneficios directos sobre tu capacidad de comunicar.
1ENERGÍA
Cuanto más grande es la audiencia y más larga es tu charla, más energía necesitas. Y no digamos para aguantar presentaciones muy largas, como por ejemplo en las formaciones. ¿Te imaginas arrancar a las 09.00 y terminar a las 18.00, sin apenas paradas, sin dejar de hablar ni de moverte? ¡Necesitas pilas! No puedes dar lo que no tienes. Si quieres contagiar pasión a tu audiencia, necesitas ser tú mismo esa pasión. ¡Necesitas energía!
Cuando aumentas tu actividad diaria, aumenta tu energía y mejora tu humor. Tu cuerpo se vuelve más efectivo a la hora de utilizar energía para tus músculos y tu corazón bombea mejor sangre a todos tus músculos y hasta tu cerebro.
2POSTURA Y RESPIRACIÓN
Ya habrás oído que los deportistas profesionales mejoran mucho su capacidad cardiopulmonar. ¿Cuál es el vehículo de comunicación de un orador? ¡La voz! Como todo vehículo, la voz tiene un chasis: tu cuerpo. ¿Y cuál es el combustible de este vehículo? ¡El aire! Cuando mejoras tu capacidad cardiopulmonar, mejorará tu capacidad de proyectar la voz. La calidad de tu respiración determina la calidad de tu discurso.
Por otro lado, estar en forma contribuirá a músculos, articulaciones y huesos más fuertes. Una estructura sólida mejora tu postura sobre el escenario. En mejor forma física, podrás exhibir una mejor postura VASE en los momentos críticos de tu presentación. Mejorará tu presencia, tu carisma y tu aura de poder. Cuando te ves mejor, te sientes mejor. Y aumenta tu confianza en ti mismo.
3POTENCIA MENTAL
El ejercicio mejora la capacidad de atención y de concentración, facilita el razonamiento, aumenta la memoria, reduce el estrés y la ansiedad. Vamos, que mejora tus funciones cognitivas a todos los niveles. Cuando haces ejercicio, tu cerebro crece. Sí, literalmente. Darío Pescador ha recopilado en su libro Operación Transformer algunos de los beneficios del ejercicio para tu mente:
- Más atención: es la función del cerebro que nos permite concentrarnos, decidiendo a qué atender y a qué no. El deporte también aumenta el tiempo que podemos estar concentrados.
- Mejor autocontrol: el llamado control inhibitorio es la capacidad del cerebro de suprimir una reacción instintiva (como pelearse) para dar una respuesta mejor a largo plazo (como hablar).
- Multitarea: hay mejoras en la flexibilidad cognitiva, que es la habilidad de pasar rápidamente de una idea a otra, o pensar sobre dos conceptos simultáneamente.
- Mejora de la memoria de trabajo: es la memoria a corto plazo con la que tomamos decisiones. Es decir, no es la que nos permite acordarnos de dónde están las llaves, sino la que nos hace comprender conceptos nuevos y actuar sobre ellos.
- Mejor memoria espacial y a largo plazo: son las que nos permiten encontrar lugares y acordarnos de palabras y datos.
- Mayor rapidez mental: es la velocidad con la que el cerebro procesa ideas y da respuesta a problemas complejos.
4PREPARACIÓN
¿Tú has visto alguna vez que un deportista esté mirando el móvil y cuando le avisan salta así sin más al terreno de juego? ¡Pues claro que no! ¿Qué están haciendo antes de que les toque la prueba deportiva? Ejercicios de calentamiento. Ellos no pueden salir a jugar de repente en frío y tú, tampoco. En las horas anteriores es muy recomendable hacer ejercicio intenso que libere endorfinas, que te haga sentir bien, que vaya liberando estrés. Y antes de salir a escena, es igualmente recomendable hacer algo de ejercicio de baja intensidad, que caliente tus músculos, tendones y articulaciones. Vale algo tan sencillo como subir escaleras o dar una vuelta alrededor del recinto. No te pases, no vayas a llegar jadeante y sudoroso.
Como mínimo, pasa de pie los cinco minutos justo antes de tu intervención. Estar sentado es algo estático, pasivo, inactivo. Al estar de pie, reúnes energía extra, le das oportunidad al cuerpo de calentar y ya te vas colocando en una postura para la acción. Haz algún estiramiento y movimientos de rotación de cabeza, hombros, brazos, piernas, ya sabes, ese tipo de ejercicios de calentamiento. Saldrás más suelto a escena.
Aprende de los atletas. No subas frío al escenario.
Tu cuerpo es la llave para cambiar tu mente… y para mejorar tus presentaciones
Cuando te mueves, te vuelves más sano, más feliz, e incluso más inteligente. Lo mires como lo mires, introducir el movimiento consciente en tu vida te hará comunicar mejor. Ahora te paso a ti el testigo: ¿Qué te comprometes a hacer después de terminar de leer este artículo para aumentar la cantidad de movimiento y de esfuerzo físico en tu vida?
¡Levántate de la silla y muévete más desde ya!
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DIÁLOGO ABIERTO
¿Qué reto te planteas para moverte más? ¿Qué puedes empezar a hacer desde este mismísimo momento para añadir movimiento a tu vida?
[Créditos: Imagen de cabecera diseñada para este artículo con elementos de freepik].
Gonzalo, ¿podrías darnos ejemplos de cómo movernos más a lo largo del día sin ir al gimnasio?
Gracias
Claro, Pedro. Me he puesto a pasear y se me ocurren las siguientes:
Si tienes que estar sentado, siéntate en una buena postura.
Prueba a sentarte en posiciones alternativas.
Anima a tus compañeros a celebrar reuniones de pie.
Trabaja de pie durante un rato.
Sube por las escaleras en lugar de usar el ascensor.
Anda mientras hablas por teléfono.
Celebra reuniones uno a uno paseando.
Lee documentos de pie o caminando.
Dicta textos mientras paseas.
Programa un temporizador a 25 ó 30 minutos para hacer estiramientos y movimientos articulares.
Regálate automasajes una o dos veces al día.
Disminuye el uso de teléfono y del e-mail internamente y habla con la persona.
Manda imprimir los trabajos a una impresora lejana.
Aleja tu papeleras.
Levántate a beber a la fuente.
Ofrécete para llevarle café o snacks a compañeros.
Plantéate ir al trabajo en bicicleta.
Si vas en transporte público, no te sientes y bájate en la parada anterior.
Si vas en coche, aparca más lejos de lo habitual.
Nunca comas solo.
Muchas gracias, Gonzalo, siempre he tenido claro que el ejercicio es positivo pero no se me había ocurrido pensar en que también era útil al hablar en público. Me quedo sobre todo con tu cuarto consejo 🙂