“El arte es un regalo personal que cambia a quien lo recibe.”
—Seth Godin
La meta última de toda presentación es producir un cambio en la mente, en el corazón o en el comportamiento de la audiencia. Una presentación que no inspire un cambio en sus pensamientos, en sus sentimientos o en su conducta es una pérdida de tiempo para ti y para tu audiencia. La verdadera influencia de una presentación se mide por el cambio que es capaz de generar en la audiencia.
Ahora bien, si vas a pedirle a la audiencia que haga algo, no pierdas de vista las siguientes advertencias.
1. Sé claro y específico al formular la acción. Deja patente lo que quieres que suceda: el paso siguiente que esperas que emprenda la audiencia.
2. Pide acciones cuyos resultados puedas medir. Sólo así podrás evaluar el éxito de tu presentación.
3. No pidas la luna, pide algo al alcance de tu audiencia. En caso contrario, no hará nada.
4. Pide una acción relevante para la audiencia, no para ti. Conecta las acciones con los beneficios de sus resultados.
5. “Ahora mismo” es mejor que “Luego”: ponle fecha a las acciones. A poder ser, que la audiencia pueda dar el primer paso allí mismo en la sala.
Eso sí, no puedes pedir un cambio que tú mismo no has experimentado. Debes estar convencido antes de intentar convencer a los demás.
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