A continuación os dejo la transcripción de mi conferencia en el aniversario de Innosfera, titulada ¿Dónde está el corazón en nuestras presentaciones?
Desde preescolar hasta la universidad, durante más de 20 años he estado sentado en aulas. Durante otros 15 años asistiendo a presentaciones, también me han hecho estar sentado. Gran parte de nuestra vida permanecemos sentados en aulas y salas de conferencias. Sólo somos una cabeza bombardeada por información, por datos y por hechos.
A pesar del PowerPoint, de la multimedia y de las nuevas tecnologías, la comunicación en las presentaciones sigue siendo de cabeza a cabeza. ¿Dónde está el corazón en las presentaciones?
Por querer aparecer racionales y lógicos inundamos a la audiencia con cifras y datos
Estudié ingeniero de teleco y después me saqué un doctorado en informática. Trabajo en un centro de investigación rodeado de científicos. Mi público ha estado formado habitualmente por licenciados y doctores. Podéis imaginaros que en estas circunstancias siempre he querido aparecer racional, objetivo y lógico. Cuantos más datos, estadísticas y cifras mostraba, más me creía que llegaba mejor a la audiencia, que aumentaba mi capacidad de persuasión, que ganaba credibilidad.
Anestesiado por tantas horas sentado, no me percataba de que cuando hablo de cabeza a cabeza transfiero información y en el mejor caso sólo puedo conducir a la reflexión.
La gente está saturada de información
En mis primeros cursos y presentaciones inundaba a la audiencia con datos y con hechos. Al salir, la gente me decía: «cuánto he aprendido» y yo me sentía muy cómodo con aquella respuesta. Hablar desde la cabeza no compromete. Nos hace permanecer distantes, desapegados y a salvo.
Llega un momento en que la gente no quiere más información. Estamos saturados de información. La gente quiere fe: fe en ti, en tus objetivos, en tu éxito, en la historia que cuentas. Es la fe la que mueve montañas, no los hechos. Nadie ha dejado de fumar por ver las estadísticas de víctimas del cáncer de pulmón. No somos animales tan racionales como nos gusta creernos.
En lugar de preocuparte por ti, preocúpate por la audiencia
Es a través de nuestra historia como movemos a la gente, como ganamos credibilidad y como llegamos a la verdadera persuasión. Cuando hablo de corazón a corazón, contagio emoción y conduzco a la acción.
Cuando comprendí esta verdad, se produjo un cambio radical en mis charlas y cursos. En vez de centrarme en los hechos empecé a centrarme en las personas. En lugar de preocuparme por cómo parecer más inteligente o más profesional, me preocupé por cómo podía ayudar a los asistentes a buscar una respuesta a sus inquietudes. Dejé de pensar tanto en mí: yo, yo, yo; y más en la audiencia: tú, tú, tú.
Ahora al salir me dicen cosas como: «me has ayudado a cambiar». Porque la verdadera influencia de una presentación se mide por el cambio que es capaz de generar en la audiencia. Cuando cambias tu enfoque, el impacto es brutal.
Pon algo de ti mismo en cada presentación
Claro que contar nuestra historia desde el corazón nos hace sentir incómodos porque sentimos que nos desnudamos ante la audiencia, que nos volvemos vulnerables al poner nuestro corazón en sus manos. Y sin embargo, hay mucha fuerza al mostrar nuestra vulnerabilidad. Hay que ser muy valiente para descender del pedestal del ego y ponerse al nivel de la audiencia. ¿Cómo podemos poner un poquito de corazón en nuestras presentaciones?
Poniendo algo de ti mismo en cada presentación. Si sólo hablas desde la cabeza, cualquiera podría dar la charla por ti. Cuando hablas desde el corazón, nadie podrá suplantarte. Podrán repetir tus palabras, pero no podrán imitar el brillo de tus ojos; podrán usar tus transparencias, pero no la pasión de tus gestos. Porque una presentación no es un documento muerto, es un acto vivo de comunicación con todo el ser delante de una audiencia formada por personas con su propio corazón.
Valora a tu audiencia y podrás aportarle valor
Dice Guy Kawasaki: “Si vas a construir un negocio, no lo hagas por el dinero. Hazlo porque quieres convertir el mundo en un lugar mejor.”
Ante la audiencia, no pienses cómo puedes venderles un producto o un servicio. No pienses sólo en ganar dinero. Piensa en cuáles son las necesidades de esas personas, en cómo puedes ayudarles mejor. Valora a tu audiencia como personas individuales con sus inquietudes y necesidades y entonces podrás aportarle valor. Cuando en lugar de audiencias indiferenciadas veas ante ti a personas con sus propios problemas y sueños, con su propio corazón, podrás hablarles de corazón a corazón.
Tus presentaciones pueden cambiar el mundo
Sé sincero contigo mismo: ¿crees que tu negocio puede cambiar el mundo? ¿Tiene sentido para ti? ¿Sí?
Entonces podrás tomar la palabra delante de la audiencia, porque estarás convencido de que tu presentación puede hacer del mundo un lugar mejor para vivir.
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Diálogo abierto
¿Cómo son tus presentaciones? ¿Desde dónde presentas? ¿Desde la cabeza o desde el corazon?
¡¡¡ Mil felicitaciones !!!. A medida que avanzo en la lectura de este post, me voy dando cuento de los errores que he cometido y, estaba cometiendo, en mis presentaciones. Así que, seguiré «enganchada» con Ustedes aprendiendo cada día más. Mis saludos.
Sí, uno de los errores más devastadores en nuestras presentaciones es hablar sólo desde la cabeza. Me alegro de que este post te haya ayudado a reflexionar 🙂
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Me anima ver que mi mensaje ha resonado con vosotros.
Ya sabéis: pongamos algo de nosotros mismos en cada presentación. Somos personas que hablamos a personas. ¿Lo habíamos olvidado?
Gracias a @jmbolibar conozco este post, me viene como «caído del cielo» porque estoy por hacer una presentación con motivo de una Defensa de tesis y me dí cuenta que le falta «corazón» y le sobra lógica. Creo que aún en esta instancia hay que colocar la esencia de cada uno.
Muchas gracias!!!
Muchas gracias por recordarnos que no basta ser lógico en la vida, hay que vivir de verdad, hay de darle vida a lo que hacemos si de verdad es lo que queremos hacer.
Esto me recuerda mucho al discurso de Steve Jobs que anda por Youtube, en donde dice que debemos creer en algo, hacer lo que nos gusta (parafraseando).
De nuevo, muchas gracias.
Hola, Gonzalo!
tú siempre tan acertado…y asertivo!
Tenemos que seguir apostolando por el cambio de estilo en las presentaciones. Justo en tu línea de acción, como seguro que recordarás, Daniel Pink dijo que los datos son ahora tan ubicuos y fáciles de obtener, que lo que importa es el impacto emocional y el contexto en que se muestren…es decir, con corazón. Gracias por la transcripción!
Abrazo,
MA
Gracias Gonzalo como siempre por tus entradas, que nos sirven de faro en el viaje por mar de las presentaciones. Llevo unas semanas consultando este blog y aplicando tus consejos a la preparación de una presentación, que expondré mañana mismo. Tengo la peor hora del evento: las 4.30 pm después de una comida-cocktail «typical spanish» de 2.30 horas. Conectar, fomentar la comprensión y el recuerdo será un reto para mí y espero conseguirlo siendo diferente. Muy acertada la afirmación: cuando cambias el enfoque, el impacto es brutal. Hay que pensar menos en uno mismo y más en la audiencia, así como tener en cuenta todos los factores que pueden incidir en la buena comunicación de tu mensaje.
Hola!!
Tuve la suerte de ver tu presentación ayer y me encantó!!! Nunca había pensado en poner el «corazón» en una presentación…
Buen consejo!
Pues solo me queda aplaudir. Lo que ha transformado mi entorno y a mi misma, no ha sido mi «cabeza cuadriculadita de ingeniero», ha sido la conexión con las profundidades de mi alma, a lo mejor suena cursi, pero no lo es, es un viaje duro, arriesgado y fascinante, que me ha ayudado a comprender también a los demás.
Me entusiasma que un ingeniero escriba lo que acabo de leer ¡enhorabuena!